Durante cinco años, el proyecto TROPICSAFE, financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea y coordinado por la profesora Assunta Bertaccini (Universidad de Bolonia, Italia), estudió tres enfermedades económicamente importantes asociadas a procariotas transmitidas por insectos en cultivos perennes de zonas tropicales y subtropicales. Diversas especies de ‘Candidatus Phytoplasma’ asociadas al amarillamiento letal de los cocoteros y al amarillamiento de la vid, y especies de ‘Ca. Liberibacter’ asociadas al «huanglongbing» en los cítricos fueron detectadas y estudiadas.
Durante las últimas décadas, estas son las enfermedades que más afectan al comercio mundial y a la importación de productos y materiales de estos cultivos, debido a la globalización del comercio y al cambio climático. Para su gestión eficaz, eficiente y sostenible, se han cubierto importantes lagunas de conocimiento trabajando en África (Ghana, Sudáfrica y Mozambique), América (México, Chile) y el Caribe (Guadalupe, Jamaica, Cuba), así como en Europa (España e Italia).
El seguimiento y el desarrollo de métodos de diagnóstico específicos permitieron identificar las diferentes bacterias asociadas a estas enfermedades en los distintos ecosistemas estudiados. También se identificaron nuevos insectos vectores y especies de plantas hospedadoras alternativas de los patógenos estudiados. Los conocimientos adquiridos en este proyecto permitirán una gestión de las enfermedades más específica y respetuosa con el medio ambiente, reduciendo los tratamientos con insecticidas. Los estudios preliminares realizados sobre el microbioma bacteriano de las plantas sanas e infectadas en los distintos ecosistemas también abren el camino a metodologías de control innovadoras y específicas.
Los resultados obtenidos se presentaron en una conferencia final organizada durante tres días en el centro CIRAD-INRA de San Giuliano en Córcega. Las grabaciones de la conferencia están disponibles en el sitio web del proyecto y en el canal de YouTube. En este artículo se incluye un breve resumen de los resultados obtenidos por los 22 socios de 12 países, ¡descubre las principales conclusiones por cultivo!
Amarillamiento letal de los cocoteros
Los estudios del proyecto en África dieron como resultado la identificación de cepas de ‘Ca. P. palmicola’ en los cocoteros de Ghana y Mozambique. En Ghana se identificaron especies alternativas de plantas hospedadoras e insectos vectores putativos, respectivamente. La evaluación de cuatro variedades de cocoteros enanos mostró que todas ellas tienen potencial para ser utilizadas en la rehabilitación de la industria del coco en Ghana. En Cuba, Jamaica y México se detectó ‘Ca. P. palmae’ se detectó en el coco y otras especies de palmeras, y se confirmó que Haplaxius crudus es el insecto vector en México y Cuba. En Jamaica, Stachytarpheta jamaicensis y Cleome rutidosperma albergaban el fitoplasma, mientras que H. crudus y Oecleus mackaspringii son sus posibles insectos vectores. En México se identificaron especies alternativas de plantas huésped, algunas de las cuales albergan ninfas de H. crudus; también se identificaron varios posibles insectos vectores alternativos. Se están evaluando en el campo diferentes ecotipos de palmeras en busca de resistencia, utilizando también marcadores moleculares específicamente desarrollados. El germoplasma resistente de México se ha transferido como plantas in vitro a Cuba y Jamaica para comparar su rendimiento en diversas áreas geográficas. En Ghana se aplicó un nuevo ensayo de diagnóstico LAMP para detectar específicamente el fitoplasma. Se desarrolló en México una metodología qPCR multiplex, basada en el gen secA, para distinguir entre los fitoplasmas 16SrIV-A y 16SrIV-D.
En Sudáfrica, el ‘Ca. P. asteris’ se detectó en Mesembryanthemum crystallinum, Protea cynaroides y Raphanus sativus; también se identificó en los insectos Aconurella prolixa y Exitianus sp. La especie de insecto más abundante en los viñedos fue el insecto vector Mgenia fuscovaria. Se ha elaborado un plan de gestión estacional que incluye recomendaciones para la vigilancia del saltamontes, el control de las malas hierbas, el saneamiento y el control químico. Se prepararon péptidos antimicrobianos derivados de plantas y se realizaron pruebas preliminares contra colonias que contenían fitoplasmas. Los ensayos LAMP y qPCR desarrollados en el proyecto para la detección específica del ‘Ca. P. asteris’ cepa sudafricana se probaron con ADN diana sintético, muestras de ADN de diferentes fitoplasmas y en vides. En Chile, las plantas huésped alternativas para la cepa ‘Ca. P. pruni’ (16SrIII-J) fueron Convolvulus arvensis, Galega officinalis, Polygonum aviculare, Brassica rapa, Malva sp., Erodium cicutarium, Rosa sp. y Rubus ulmifolius. Amplicephalus curtulus, A. ornatus, A. pallidus, Exitianus obscurinervis, Bergallia sp. y Paratanus exitiosus fueron identificados como insectos vectores o vectores potenciales de este fitoplasma, siendo la especie dominante P. exitiosus, seguida de A. curtulus. En Italia, las plantas y las muestras de insectos recogidas en los viñedos y positivas a la presencia de diversos fitoplasmas de la vid pertenecían a 16 y 12 especies, respectivamente. Las principales enfermedades fitoplasmáticas objeto de gestión y detección fueron el «bois noir» y la flavescencia dorada. Se infectó un viñedo experimental obtenido con la población de cruce F1 entre genotipos con susceptibilidad diferencial al amarillamiento de la vid, utilizando insectos vectores. El genotipado de los individuos de la población F1 se realizó sobre 300 biotipos, mientras que el fenotipado está en curso en el campo. La fusión de los dos tipos de datos ayudara a identificar los rasgos genéticos supuestamente asociados a la resistencia al amarillamiento de la vid. Se ha desarrollado un nuevo kit ELISA dirigido a los fitoplasmas de la flavescencia dorada. Para evaluar las prestaciones analíticas del protocolo de detección serológica de fitoplasmas desarrollado, se llevó a cabo un análisis comparativo del ELISA frente ala qPCR utilizando muestras de vid, otras plantas e insectos, y se obtuvieron buenos resultados. Los antiseros producidos con colonias de fitoplasma de ‘Ca. P. asteris’ se probaron mediante el ensayo de inmunoflourescencia (IFAS) y fueron capaces de detectar el agente en las colonias y en las muestras del bígaro infectadas por el fitoplasma.
«Huanglongbing» de los cítricos
Las encuestas en los huertos de cítricos confirmaron la presencia de ‘Ca. L. africanus’ en Sudáfrica y ‘Ca. L. asiaticus’ en Guadalupe, Jamaica, México y Cuba, pero no se detectó ninguna de estas bacterias en las encuestas realizadas en cinco regiones citrícolas de Chile y en España. Las encuestas no dieron lugar a la detección de especies alternativas de insectos o plantas huésped. Se confirmó la presencia de los vectores conocidos Diaphorina citri en Cuba, México y Guadalupe, y Trioza erytreae en Sudáfrica y en España. Dado que no se identificaron parasitoides nativos de T. erytreae en España, se introdujo Tamarixia dryi, procedente de Sudáfrica, que mostró una buena dispersión y eficacia de parasitismo en las Islas Canarias primero, y en España después. La tendencia estacional de T. erytreae determinada en las Islas Canarias indicaba entre cuatro y cinco generaciones por año, pero su población permanecía muy baja después del verano. Un estudio sobre la presencia de la enfermedad en las principales zonas productoras de cítricos de Cuba confirmó su presencia en toda la isla. La tendencia estacional de D. citri estaba relacionada con las estrategias de manejo, y el riego y las lluvias. La eliminación de los árboles sintomáticos a escala regional resultó la mejor estrategia de manejo. La eficacia del caolín contra D. citri permitió mantener el nivel de infestación muy bajo durante dos años. En Guadalupe, a pesar de la relativamente baja abundancia de D. citri en algunos huertos bajo un programa de gestión integrada de plagas, los niveles de la enfermedad y la mortalidad de los árboles de cítricos fueron muy altos. Se seleccionaron diferentes combinaciones de portainjertos/variedades y, tras cuatro años desde la plantación, todos los árboles se infectaron, aunque eran asintomáticos y tenían frutos. El análisis cuantitativo por PCR reveló la presencia de una baja concentración de ‘Ca. L. asiaticus’; se determinó la relación entre la susceptibilidad al «huanglongbing» y los rasgos anatómicos, fisiológicos y metabolómicos, con especial atención al impacto potencial de la poliploidía en la tolerancia a la enfermedad. Se realizó un ensayo de PCR para detectar ‘Ca. L. africanus’ y sus subespecies locales en Sudáfrica.